Federico Fellini era muy peculiar.
Antes de rodar una película la soñaba, después la dibujaba en modo cómic y luego la hacía.
Amarcord (Yo me acuerdo) trata de la vida del adolescente Titta.
Seguro que la has visto.
Las escenas más míticas son la de un hombre en lo alto de un árbol gritando que quiere a una mujer, y la de Titta asfixiándose entre los enormes senos de la estanquera del pueblo.
Siempre que le preguntaban si Titta era él y Amarcord sus recuerdos decía esto:
“La memoria no domina mis películas. Decir que mis películas son autobiográficas es pura mentira. Yo, mi vida me la he inventado. Me la he inventado adrede para la pantalla".
Si viviera ahora y no se dedicara al cine creo que hubiera sido un gran copy o story porque no todo tiene que ser ni real ni exacto para ser auténtico, y menos los recuerdos.
Es como cuando te cuentan algo que pasó hace mucho tiempo y tú lo recuerdas de otra forma.
Y al final no sabes si lo viviste y fue así o es que alguien te lo contó o sabrá Dios qué pasó.
Pero las sensaciones que te crean ese recuerdo sí son reales.
Que nunca nos falte una buena historia que contar y empecemos a escribirla mientras otros la sueñan.
Sé feliz.
Es lo más importante que tienes que hacer junto con suscribirte a mi newsletter si aún no lo has hecho.
MAYTE ORTIZ
Antes de rodar una película la soñaba, después la dibujaba en modo cómic y luego la hacía.
Amarcord (Yo me acuerdo) trata de la vida del adolescente Titta.
Seguro que la has visto.
Las escenas más míticas son la de un hombre en lo alto de un árbol gritando que quiere a una mujer, y la de Titta asfixiándose entre los enormes senos de la estanquera del pueblo.
Siempre que le preguntaban si Titta era él y Amarcord sus recuerdos decía esto:
“La memoria no domina mis películas. Decir que mis películas son autobiográficas es pura mentira. Yo, mi vida me la he inventado. Me la he inventado adrede para la pantalla".
Si viviera ahora y no se dedicara al cine creo que hubiera sido un gran copy o story porque no todo tiene que ser ni real ni exacto para ser auténtico, y menos los recuerdos.
Es como cuando te cuentan algo que pasó hace mucho tiempo y tú lo recuerdas de otra forma.
Y al final no sabes si lo viviste y fue así o es que alguien te lo contó o sabrá Dios qué pasó.
Pero las sensaciones que te crean ese recuerdo sí son reales.
Que nunca nos falte una buena historia que contar y empecemos a escribirla mientras otros la sueñan.
Sé feliz.
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MAYTE ORTIZ
