• ¡Hola!
    Con base en las sugerencias de los socios, abrimos las secciones de inversión/defi/finanzas y la de Mentalidad. También queda abierta una nueva sección de fiscalidad para todos los usuarios. ¡Gracias!

Cuando el sindrome del impostor no se va ni con agua caliente

¿A veces sientes, al levantarte por la mañana, que te van a pillar y te van a decir: “perdona, tú no deberías estar aquí”?

Tienes días en los que todo va bien. Clientes contentos, proyectos en marcha, hasta facturación decente… y aún así, aparece esa voz diciendo:
"ya, pero esto ha sido suerte", o "no sabes tanto como pareces", o "tarde o temprano se van a dar cuenta de que no eres tan bueno como aparentas".

Síndrome del impostor, le llaman. Bienvenido/a al club. No hay carné, pero nos conocemos entre nosotros.


Etso te frena, te hace dudar, te quita brillo. Lo peor es que sabes que es irracional, pero igual te jode el día.
Aunque te parezca mentira, esto le pasa a personas con talento, compromiso y mucho éxito.
No es una señal de incapacidad, sino de que estás creciendo, saliendo de tu zona conocida y haciéndolo en serio.

He visto muchas veces cómo esta vocecita se cuela justo cuando estás a punto de dar un salto.
Por eso quiero compartirte 3 cosas que funcionan de verdad para gestionarla:


1. Ponle nombre y voz al impostor.
Cuando esa parte aparece, no eres “tú”, es una parte tuya. Escríbela, dibújala, imítala. Cuanto más la externalices, menos poder tiene.


2. Crea una “carpeta de evidencia”.
Recoge mensajes de clientes, logros, aprendizajes, cosas concretas que sí has hecho bien. Léela cuando la duda empiece a colarse.


3. Habla desde el “quién eres”, no desde lo que “crees que deberías ser”.
No hace falta ser perfecto, ni saberlo todo. Hace falta ser honesto, estar presente y comprometido con lo que haces. Eso es más que suficiente.

Ahora os pregunto a vosotros/as:

  • ¿Tú cómo lo gestionas?
  • ¿Qué te ayuda cuando aparece esa voz que te dice “no eres suficiente”?
  • ¿Qué has aprendido de esos momentos en los que te sentiste impostor/a?

Se aceptan ideas, experiencias, memes o abrazos virtuales. 😄
 
¿A veces sientes, al levantarte por la mañana, que te van a pillar y te van a decir: “perdona, tú no deberías estar aquí”?

Tienes días en los que todo va bien. Clientes contentos, proyectos en marcha, hasta facturación decente… y aún así, aparece esa voz diciendo:
"ya, pero esto ha sido suerte", o "no sabes tanto como pareces", o "tarde o temprano se van a dar cuenta de que no eres tan bueno como aparentas".

Síndrome del impostor, le llaman. Bienvenido/a al club. No hay carné, pero nos conocemos entre nosotros.


Etso te frena, te hace dudar, te quita brillo. Lo peor es que sabes que es irracional, pero igual te jode el día.
Aunque te parezca mentira, esto le pasa a personas con talento, compromiso y mucho éxito.
No es una señal de incapacidad, sino de que estás creciendo, saliendo de tu zona conocida y haciéndolo en serio.

He visto muchas veces cómo esta vocecita se cuela justo cuando estás a punto de dar un salto.
Por eso quiero compartirte 3 cosas que funcionan de verdad para gestionarla:


1. Ponle nombre y voz al impostor.
Cuando esa parte aparece, no eres “tú”, es una parte tuya. Escríbela, dibújala, imítala. Cuanto más la externalices, menos poder tiene.


2. Crea una “carpeta de evidencia”.
Recoge mensajes de clientes, logros, aprendizajes, cosas concretas que sí has hecho bien. Léela cuando la duda empiece a colarse.


3. Habla desde el “quién eres”, no desde lo que “crees que deberías ser”.
No hace falta ser perfecto, ni saberlo todo. Hace falta ser honesto, estar presente y comprometido con lo que haces. Eso es más que suficiente.

Ahora os pregunto a vosotros/as:

  • ¿Tú cómo lo gestionas?
  • ¿Qué te ayuda cuando aparece esa voz que te dice “no eres suficiente”?
  • ¿Qué has aprendido de esos momentos en los que te sentiste impostor/a?

Se aceptan ideas, experiencias, memes o abrazos virtuales. 😄
Me encanta tu forma de verlo.

Yo he sufrido mucho del síndrome del impostor, y muchas veces sigo luchando contra él.

Soy bastante perfeccionista y estoy aprendiendo a que no todo tiene que estar perfecto antes de lanzarlo...porque sino no se lanzará nunca.

Pero, en cuanto a los tres puntos que compartes, me los voy a guardar.

Ponerle nombre y voz al impostor.
Que gran idea.
Me recuerda a una serie que veía de pequeña, Lizzie McGuire.
Ella tenía un amigo invisible, que era ella pero en dibujo y siempre aparecía para decir comentarios que ella no se atrevía a decir en alto.
Pues hacerlo parecido: no eres "tú", es una parte tuya.

Lo voy a aplicar sin duda.
 
El perfeccionismo...
Es uno de los disfraces favoritos del síndrome del impostor.
Como dices, si todo tiene que estar perfecto para salir, muchas veces no se sale nunca.

Hace poco leí "El método Lean Startup" de Eric Ries que habla mucho de cómo crear y lanzar proyectos y evitar quedarte en la parte de perfeccionarlos, puedes echarle una ojeada a ver si te sirve!

Y lo de Lizzie McGuire me encant como metáfora.
Ese dibujo no era “ella entera”, solo una parte que a veces opinaba, a veces ayudaba… y otras veces metía ruido.
Igualito que nuestro impostor interno.


Por si te sirve, te dejo un mini ejercicio:


Dale personalidad completa a tu impostora.
Nombre, aspecto, voz, forma de hablar… incluso qué necesita para calmarse.
Cuando lo conoces mejor, deja de asustar tanto. O incluso te hace gracia.


Y recuerda que si aparece, es porque estás avanzando.
El impostor no visita a quien se queda en su zona de confort.


Un abrazo
 
Yo el perfeccionismo lo veo como un mecanismo de defensa, una forma de equilibrar algo.

Como siento que NO SOY SUFICIENTEMENTE BUENO, evito fallar, equivocarme, y quiero hacer todo perfecto.

Lo cual me lleva curiosamente a hacer menos, postergar, paralizarme.

Y por ende luego viene la sensación de culpa y fracaso confirmando que yo tenía razón en primer lugar: NO SOY SUFICIENTEMENTE BUENO.
 
Wow!

Súper interesante todo lo que habéis aportado.

Además, de lo anterior, apuesto por dejar de hacer cualquier cosa de provecho que esté haciendo o lleve entre manos cuando me llega esa voz a decirme eso de:

Pero chaval, qué haces? Ahí afuera hay miles mejor que tú y con más publicidad que tú.

Insisto, dejo lo que esté haciendo y escucho la voz.

Parece mentira que, cuando observas tus pensamientos, especialmente ese tipo de pensamientos, estos se esconden.

Es como la mano que tira la piedra y esconde la mano enseguida.


En mi caso, voy más al grano después de observar.

En vez de esa carpeta, me limito a observar todo lo que he conseguido hasta ahora por bloques.


Principalmente, me centro en los siguientes 4 bloques:

Cosas materiales.

Aptitudes, destrezas o virtudes.

Creencias desmontadas

Y campo espiritual.



Repito que me ha parecido un aporte extraordinario todo lo que habéis aportado.
 
Hola,

Hay muchos frenos que lastran nuestro impulso...
Uno de ellos, sin duda, es lo que comentas del síndrome del inpostor.
pero no olvides que cada uno es cada uno. y cada uno le viene bien una cosa.

Intenta huir de remedios universales.

Te explico.
En ocasiones el sindrome del impostor se cura dando te un cachete (puede ser figurado) y un empujón para adelante. Salta, coño!
Para otros, eso le mete más adentro de la casilla de salida. Y necesitan que le des la mano y le invites a saltar desde la confianza y la tranquilidad.

Hay quien necesita un empujón, y hay quien necesita un abrazo.

Y depende de la persona, y del momento vital en el que esté.

Y algunos, le viene bien el abrazo, y luego el empujón.

Ahí cada uno...

Un abrazo,
Benegas.
albertobenegas.com
 
¿A veces sientes, al levantarte por la mañana, que te van a pillar y te van a decir: “perdona, tú no deberías estar aquí”?

Tienes días en los que todo va bien. Clientes contentos, proyectos en marcha, hasta facturación decente… y aún así, aparece esa voz diciendo:
"ya, pero esto ha sido suerte", o "no sabes tanto como pareces", o "tarde o temprano se van a dar cuenta de que no eres tan bueno como aparentas".

Síndrome del impostor, le llaman. Bienvenido/a al club. No hay carné, pero nos conocemos entre nosotros.


Etso te frena, te hace dudar, te quita brillo. Lo peor es que sabes que es irracional, pero igual te jode el día.
Aunque te parezca mentira, esto le pasa a personas con talento, compromiso y mucho éxito.
No es una señal de incapacidad, sino de que estás creciendo, saliendo de tu zona conocida y haciéndolo en serio.

He visto muchas veces cómo esta vocecita se cuela justo cuando estás a punto de dar un salto.
Por eso quiero compartirte 3 cosas que funcionan de verdad para gestionarla:


1. Ponle nombre y voz al impostor.
Cuando esa parte aparece, no eres “tú”, es una parte tuya. Escríbela, dibújala, imítala. Cuanto más la externalices, menos poder tiene.


2. Crea una “carpeta de evidencia”.
Recoge mensajes de clientes, logros, aprendizajes, cosas concretas que sí has hecho bien. Léela cuando la duda empiece a colarse.


3. Habla desde el “quién eres”, no desde lo que “crees que deberías ser”.
No hace falta ser perfecto, ni saberlo todo. Hace falta ser honesto, estar presente y comprometido con lo que haces. Eso es más que suficiente.

Ahora os pregunto a vosotros/as:

  • ¿Tú cómo lo gestionas?
  • ¿Qué te ayuda cuando aparece esa voz que te dice “no eres suficiente”?
  • ¿Qué has aprendido de esos momentos en los que te sentiste impostor/a?

Se aceptan ideas, experiencias, memes o abrazos virtuales. 😄
¿A veces sientes, al levantarte por la mañana, que te van a pillar y te van a decir: “perdona, tú no deberías estar aquí”?

Tienes días en los que todo va bien. Clientes contentos, proyectos en marcha, hasta facturación decente… y aún así, aparece esa voz diciendo:
"ya, pero esto ha sido suerte", o "no sabes tanto como pareces", o "tarde o temprano se van a dar cuenta de que no eres tan bueno como aparentas".

Síndrome del impostor, le llaman. Bienvenido/a al club. No hay carné, pero nos conocemos entre nosotros.


Etso te frena, te hace dudar, te quita brillo. Lo peor es que sabes que es irracional, pero igual te jode el día.
Aunque te parezca mentira, esto le pasa a personas con talento, compromiso y mucho éxito.
No es una señal de incapacidad, sino de que estás creciendo, saliendo de tu zona conocida y haciéndolo en serio.

He visto muchas veces cómo esta vocecita se cuela justo cuando estás a punto de dar un salto.
Por eso quiero compartirte 3 cosas que funcionan de verdad para gestionarla:


1. Ponle nombre y voz al impostor.
Cuando esa parte aparece, no eres “tú”, es una parte tuya. Escríbela, dibújala, imítala. Cuanto más la externalices, menos poder tiene.


2. Crea una “carpeta de evidencia”.
Recoge mensajes de clientes, logros, aprendizajes, cosas concretas que sí has hecho bien. Léela cuando la duda empiece a colarse.


3. Habla desde el “quién eres”, no desde lo que “crees que deberías ser”.
No hace falta ser perfecto, ni saberlo todo. Hace falta ser honesto, estar presente y comprometido con lo que haces. Eso es más que suficiente.

Ahora os pregunto a vosotros/as:

  • ¿Tú cómo lo gestionas?
  • ¿Qué te ayuda cuando aparece esa voz que te dice “no eres suficiente”?
  • ¿Qué has aprendido de esos momentos en los que te sentiste impostor/a?

Se aceptan ideas, experiencias, memes o abrazos virtuales. 😄
Buenos días Guille,

Te voy a contar lo que intérprete
de algo que dijo Isra Bravo en una de sus clases, máster, curso taller.

No tienes que hacer nada con el síndrome del impostor.

Es estupendo tener el síndrome del impostor.

No tienes que analizarlo ni decirle que se vaya.

Debes darle las gracias por estar ahí.

Vivir con el síndrome del impostor es lo que tienen que hacer los que saben lo que hacen.

Siempre que tienes el suficiente conocimiento y sabes implementarlo vas a ver,

todo lo que te falta por aprender,

y eso te mantiene alerta y con ganas de seguir aprendiendo.

Te dirá que no estás preparado,
que no vales
y otro millón de cosas,
esa a la que llamó "TU MENTE CABRONA"

¿A qué cuando estabas simplemente aprendiendo no tenías el síndrome del impostor?

Piénsalo 1 minuto.

Porque solo lo tienen los que están en el camino.

Así que no lo gestiones,

solo sonríe y da gracias de que aparezca, porque estás donde debes.

Tienes que seguir aprendiendo?

Seguro,

Hay otros que crees que lo hacen mejor?

Bueno, solo aprende de ellos y busca tu propia voz.

El síndrome del impostor es la hostia

Cuando aparezca mándale un saludo de mi parte.


PD: Feliz Año
 
El síndrome del impostor tiene dos caras.

La buena es la que te permite avanzar, la que te desarrolla.

Esto es así porque te permite darte cuenta de tus debilidades. Esto es fundamental para avanzar. Porque sin ese síndrome del impostor irías por la vida como un auténtico narcisista loco.
También es bueno porque en el momento en el que tu lo tienes, el resto del mundo también lo tiene. Y eso supone para mucha gente una barrera de entrada para hacer cualquier cosa que se proponga. Así que no lo pienses como algo único y personal, piénsalo como algo que afecta a todos y que si eres capaz de domarlo, serás capaz de avanzar más que ellos.

Y bueno, la cara mala es la que he comentado, que supone una barrera si no eres capaz de domarlo.

Lo mejor es ser justos. No intentes que desaparezca. Céntrate en averiguar si lo que te dice ese síndrome es algo que realmente te debilita o es algo que te puede ayudar a hacer mejor las cosas.
 
Una vez escuché que cuando volvió a los escenarios Alejandro Sanz, reconoció que tenía miedo a "no saber estar a la altura".

Si un top de la música española que ha dado giras por aquí y por allá, le asalta el síndrome del impostor, imagino que a nosotros, simples mortales, también será normal que nos afecte.

y con esto no quiero predicar con el refrán de "mal de muchos, consuelo de tontos".

Con esto quiero decir que si relativizamos y le damos un ángulo distinto a nuestros pensamientos, la "cosa" cambia.


Por eso, en mi opinión, es bueno el síndrome del impostor.

Nos dice que eso que vamos a "enfrentar" es un reto.
Por eso nos está diciendo que no da la posibilidad de mejorar.

Y mejorar mola, ¿no?
 
Volver
Arriba