Cuando daba clases de teatro, muchos alumnos arrancaban apabullados.
Entraban a clase como si estuvieran entrando en la cueva de Ali- Baba y los 40 ladrones.
Flipa.
Miraban todo con mucha atención, en silencio.
Suspiraban.
A mí me hacía gracia y me provocaba ternura a partes iguales.
Mi trabajo consistía en desmitificar el mito. En hacerles ver, sentir y entender que el objetivo de hacer teatro no era transformarse en Maria Luisa Merlo o Luis Tossar ni en nadie que no fueran ellos mismos.
En bajar las cosas a Tierra.
En dejarles jugar, en ayudarles a explorar dentro de sí mismos para regalarles su piel, su voz, sus gestos a algún personaje.
Desde la tripa.
Con pasión.
Desde su verdad más absoluta.
Sólo eso. Todo eso.
Porque su verdad más absoluta es lo más bello que podrán regalarle al mundo jamás.
Total, que mis clases no eran para vivir del arte, sino con arte.
Hacer teatro sólo era una excusa para ello.
¿Me pillas?
Vale, sigo.
Para aprender a hablar en público no necesitas tener planificada una charla delante de 400 personas, ni aspirar a dar conferencias nivel TED.
Qué va.
Que si la tienes perfecto, ¿eh?
Nada en contra.
Lo que digo es que saber hablar en público también te sirve para:
- Liderar reuniones de equipo.
- Dar clases.
- Hacer entrevistas de trabajo.
- Oposiciones.
- TFM.
- Presentar alegatos delante de un juez.
- Si eres un director de proyectos.
- O una directora comercial.
- Defender tus ideas en reuniones (de trabajo, o del AMPA o de la junta de vecinos)
Vaya, que la oratoria va mucho más allá de hacer charlas.
Y estos poco te lo cuentan.
En serio, que no necesitas glamour para hablar bien en público.
A ver, pa los del fondo:
Igual que no necesitas estar ciego para ir al oculista, o loco para ir al psicólogo, no necesitas previsión de charlas con alfombra roja (literal o metafórica) para aprender a hablar en público.
Es mucho más simple:
Basta con tener un mensaje que contar, y querer comunicarlo de forma clara a tu audiencia, sea de 4, de 400 o de 4.000.
Vale, Silvia.
Pero, ¿por dónde empiezo si no tengo ni idea de hablar en público?
Pues sabiendo qué 5 errores tan frecuentes son las mayores cagadas hablando en público, y cómo evitarlas.
Para eso he escrito un mini curso de oratoria en formato Ebook de 20 páginas que recibes nada más suscribirte.
Si te interesa, puedes descargarlo en silviavaldes.com
Entraban a clase como si estuvieran entrando en la cueva de Ali- Baba y los 40 ladrones.
Flipa.
Miraban todo con mucha atención, en silencio.
Suspiraban.
A mí me hacía gracia y me provocaba ternura a partes iguales.
Mi trabajo consistía en desmitificar el mito. En hacerles ver, sentir y entender que el objetivo de hacer teatro no era transformarse en Maria Luisa Merlo o Luis Tossar ni en nadie que no fueran ellos mismos.
En bajar las cosas a Tierra.
En dejarles jugar, en ayudarles a explorar dentro de sí mismos para regalarles su piel, su voz, sus gestos a algún personaje.
Desde la tripa.
Con pasión.
Desde su verdad más absoluta.
Sólo eso. Todo eso.
Porque su verdad más absoluta es lo más bello que podrán regalarle al mundo jamás.
Total, que mis clases no eran para vivir del arte, sino con arte.
Hacer teatro sólo era una excusa para ello.
¿Me pillas?
Vale, sigo.
La oratoria no es sólo para dar charlas.
Para aprender a hablar en público no necesitas tener planificada una charla delante de 400 personas, ni aspirar a dar conferencias nivel TED.
Qué va.
Que si la tienes perfecto, ¿eh?
Nada en contra.
Lo que digo es que saber hablar en público también te sirve para:
- Liderar reuniones de equipo.
- Dar clases.
- Hacer entrevistas de trabajo.
- Oposiciones.
- TFM.
- Presentar alegatos delante de un juez.
- Si eres un director de proyectos.
- O una directora comercial.
- Defender tus ideas en reuniones (de trabajo, o del AMPA o de la junta de vecinos)
Vaya, que la oratoria va mucho más allá de hacer charlas.
Y estos poco te lo cuentan.
En serio, que no necesitas glamour para hablar bien en público.
A ver, pa los del fondo:
Igual que no necesitas estar ciego para ir al oculista, o loco para ir al psicólogo, no necesitas previsión de charlas con alfombra roja (literal o metafórica) para aprender a hablar en público.
Es mucho más simple:
Basta con tener un mensaje que contar, y querer comunicarlo de forma clara a tu audiencia, sea de 4, de 400 o de 4.000.
Vale, Silvia.
Pero, ¿por dónde empiezo si no tengo ni idea de hablar en público?
Pues sabiendo qué 5 errores tan frecuentes son las mayores cagadas hablando en público, y cómo evitarlas.
Para eso he escrito un mini curso de oratoria en formato Ebook de 20 páginas que recibes nada más suscribirte.
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