Hola de nuevo, Pedro.
Estoy de acuerdo con Álvaro (y estoy segura de que tú también) en que no es el mismo punto de dolor el de un revendedor, que el de un coleccionista o el de alguien que por primera vez se puede permitir ese reloj después de llevar mucho tiempo deseándolo.
Me da la sensación por el titular que tenías pensado para la web, que el perfil que quieres atraer es el de quien quiere el reloj para quedárselo, no para revenderlo (corrígeme si me equivoco). Así que te lanzo algunas ideas para este tipo de perfil.
–Lo que ha captado poderosamente mi atención de tu explicación es esto:
lo que nadie, ni clientes ni proveedores ( que a la postre muchas veces son la misma persona ) sabe decirme cuál es el dolor que suavizan con estas compras, qué les pica y porqué esto les alivia
y lo digo como comprador que he sido y soy por 5 lustros ya
Y he pensado: "ahí está".
No sabes por qué lo quieres, pero sabes perfectamente que lo quieres. Te es suficiente con verlo y ya está, no necesitas más. Y luego está esa satisfacción de no tener que plantearte nada más: lo ves, lo quieres, lo tienes. Sin preguntas ni cálculos ni explicaciones.
Saber lo que uno quiere, además, es un rasgo deseable y apreciado socialmente, alguien que sabe lo que quiere es alguien seguro, no manipulable, con las ideas claras. Es un rasgo atractivo.
También tengo la sensación, sin tener tu conocimiento de este tipo de mercado, que mayormente hablamos de relojes para hombre, porque es el accesorio de lujo por excelencia para vosotros. Las mujeres tenemos anillos, pulseras, colgantes, pendientes, bolsos, zapatos... ¿Relojes? También, pero es diferente.
Entonces tal vez puedas hacer un mensaje en esa línea de que cuando un hombre (de éxito) sabe lo que quiere, no necesita nada más.
–Otro enfoque muy interesante es el de la campaña "Generaciones", de Patk Phillipe (que probablemente conozcas) y que lleva 30 años operativa, es la campaña más longeva y más exitosa de la marca: «Nunca eres realmente dueño de un Patek Phillipe, solo lo cuidas para la próxima generación», y apoyan la campaña con fotografías de padres con sus hijos (y en los últimos años, también de madres con sus hijas).
Por la fotografía, da a entender que se refiere a la herencia, al legado familiar. Pero también deja entrever que ese reloj va a llegar hasta la próxima generación, y que va a tener valor en la próxima generación, más allá del puramente sentimental.
–En cuanto al ángulo de la envidia... Tiene razón Isidro en que buscar abiertamente la envidia, se considera un síntoma de poca elevación, digamos, de poca clase. Puede ser un deseo oculto, pero no es algo que a la gente le guste reconocer. Así que para abordar el ángulo de la envidia, deberías ponerte de parte del cliente en el sentido de comprenderle, de decirle que sabes que cuando se llega a cierto punto en la vida, no se puede evitar la envidia, y que tú no puedes ayudarles con eso, pero desde luego puedes ayudarles y mucho a encontrar piezas únicas a ese coste menor que el valor de mercado.
Es una forma más elegante de abordar el ángulo y decirlo sin decirlo.
Espero que estas ideas te puedan ayudar.
Un abrazo!