“Para sobrevivir, debes contar historias”.
Umberto Eco
La historia de hoy contiene una estrategia admirable que vas a poder llevarte sin remordimiento.
En Londres, como le decimos nosotros, o "London", como le dicen ellos, o "Londongrado" como le dicen los rusos que les gusta vacacionar allí, hay un restaurante de lujo con un botón especial.
¿Para qué es ese botón especial?
Ya va...
Es un botón que aumentó considerablemente la venta del producto más rentable.
¿No fantaseaste alguna vez que apretando un botón algo se soluciona?
... o se te hacen solas las tareas.
... o cambiás de trabajo.
... o se te ordena el caos de la casa.
Todo eso apretando solo un botón.
¿Cuál es la magia de esto?
Que reduce la fricción.
La vida está llena de fricción, por eso la gente casi no interactúa con desconocidos y cuando tiene un momento incómodo, saca el celular. Para no lidiar con la fricción.
Bueno, este restaurante quería vender más champagne.
¿Y qué hicieron para conseguirlo?
Pusieron un botón en cada mesa que dice:
"Press for champagne"
Chapeau.
No más interrumpir la conversación para pedirlo.
No más levantar la mano y que el mozo no te vea.
Press for champagne
El restaurante se llama Bob Bob Ricard y fue fundado por Leonid Shutov, un ex creativo de Ogilvy.
Él pensó esta estrategia y le funciona increíble.
No sé si sabe de psicología del consumidor, pero si yo voy a un bar y tiene un botón que diga "press for champagne", adivinen qué hago...
Obvio.
Esto es ciencia del comportamiento: es reducir la fricción para que la opción deseada sea lo más sencilla posible.
Lo del botón no es lo asombroso de esta historia.
Lo asombroso es que pensaron una estrategia para vender más champagne y lo consiguieron gracias a un simple botón.
¿Más champagne que en los restaurantes del barrio?
No estaría mal, pero no...
Terminaron sirviendo más champagne que en cualquier restaurante de Inglaterra
Mirá, te voy a decir algo...
Hay negocios que no ven lo que pierden por no contar con una estrategia adecuada.
Y estoy hablando de negocios que les va bien, pero siempre se puede ir más allá.
Te pongo un ejemplo con esto que venimos hablando...
El 99% de la gente, si quisieran vender más champagne en un restaurante, le pedirían a los mozos que expliquen los distintos tipos de champagne que tienen, y la variedad de marcas y botellas.
Todo con el objetivo de aumentar su valor percibido y la probabilidad de que alguien lo pidiera.
Pero en la estrategia que te conté la perspectiva fue diferente:
No se trataba de cómo motivar a la gente a QUERER champagne, sino de cómo hacer que sea más fácil PEDIRLO.
No cualquiera está listo para ser un buen copywriter.
Hay que rascar mucho para no quedarse en la superficie.
¿Conocías esta historia?
¿Querés más?
Press for más historias como esta
(No vaya a ser que por entrar a buscar historias termines contratando un copywriter).
P.D. El 95% de los clientes que se sientan en el restaurante de Londres presionan el botón.