Robert Jonson.
Era un músico de blues de finales de los años 20 y principios de los 30 del siglo pasado que actuaba en un garito del Delta del Mississipi.
Buenísima voz, bueno con la armónica y nefasto con la guitarra.
Le decían que se fuera a actuar al cementerio porque era el único sitio donde no le iban a abuchear.
Entonces un día empezó a tocar la guitarra y lo hizo tan, tan, tan bien que se convirtió en el mejor.
Venían de todas partes a escucharlo.
Aquí empezó su leyenda.
Dicen que estaba tan desesperado y tenía tantas ganas de triunfar que fue a la encrucijada de un camino, dejó la guitarra en el suelo y el Diablo se le apareció.
Éste cogió la guitarra y la afinó a cambio del alma de Robert.
Robert Johnson compuso “Me and the Devil Blues” (El diablo del blues y yo) alimentando más los rumores.
A los 27 años inauguró el tristemente famoso Club de los 27.
Unos dicen que le envenenó una mujer y otros que el Diablo vino a cobrar su deuda.
¿Moraleja de esta historia?
El poder de contarla , ya sea sobre el Diablo o sobre lo que sea.
Utilizar este poder puede llevarte a convertir una campaña de marketing en algo significativo y efectivo.
https://www.copy-360.es/
Era un músico de blues de finales de los años 20 y principios de los 30 del siglo pasado que actuaba en un garito del Delta del Mississipi.
Buenísima voz, bueno con la armónica y nefasto con la guitarra.
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Entonces un día empezó a tocar la guitarra y lo hizo tan, tan, tan bien que se convirtió en el mejor.
Venían de todas partes a escucharlo.
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Dicen que estaba tan desesperado y tenía tantas ganas de triunfar que fue a la encrucijada de un camino, dejó la guitarra en el suelo y el Diablo se le apareció.
Éste cogió la guitarra y la afinó a cambio del alma de Robert.
Robert Johnson compuso “Me and the Devil Blues” (El diablo del blues y yo) alimentando más los rumores.
A los 27 años inauguró el tristemente famoso Club de los 27.
Unos dicen que le envenenó una mujer y otros que el Diablo vino a cobrar su deuda.
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