Hola.
Tengo una duda que El Programa ha sacado a flote y me está matando.
Mi magazine sobre tóxicos y cosmética ecológica es un proyecto que nació en 2013 y me ha posicionado como un referente en cosmética ecológica y tóxicos en el hogar de España, convirtiéndose en un negocio sólido pero totalmente dependiente de mí y de mi tiempo, y eso me ha pasado factura.
Pero mientras lo amaba, todo eso quedaba en segundo plano.
El tiempo que le dedicaba, el cariño, el empeño, las renuncias...
El problema es que ya no estoy enamorada de él.
No quiero seguir probando productos y hablando de ellos.
Se me hace bola, ya no vibro, no me excita, no me apasiona.
Tras un par de años de crisis profunda he decidido cerrar el magazine para enfocarme en la marca con la que trabajo, en mis asesorías particulares y profesionales, en hacer formaciones, charlas, conferencias... Eso me pone que no veas...
Pero ¿y si cerrar no es la mejor opción? Es decir, Orgànics Magazine hoy por hoy tiene una gran reputación y llegó a tener 400.000 páginas vistas al mes y más clientes de los que podía soportar, pero, como no conocía a Isra y sus sabios consejos, no subí precios y me ahogué en el éxito.
Literal, como dicen los críos de ahora.
Ahora que he hecho mi página web más personalista para ofrecer mis servicios y cursos (que nunca he ofrecido y no sé si va a funcionar) y se acerca el momento de la separación, pienso en si merece la pena, por un arrebato pasional, mandar a la mierda tantos años de relación.
Pero es que no sé hacer las cosas sin pasión, y cuando la pasión se me va, ya no la puedo recuperar.
La busco por los cajones y los rincones..., pero no está...
Tengo una duda que El Programa ha sacado a flote y me está matando.
Mi magazine sobre tóxicos y cosmética ecológica es un proyecto que nació en 2013 y me ha posicionado como un referente en cosmética ecológica y tóxicos en el hogar de España, convirtiéndose en un negocio sólido pero totalmente dependiente de mí y de mi tiempo, y eso me ha pasado factura.
Pero mientras lo amaba, todo eso quedaba en segundo plano.
El tiempo que le dedicaba, el cariño, el empeño, las renuncias...
El problema es que ya no estoy enamorada de él.
No quiero seguir probando productos y hablando de ellos.
Se me hace bola, ya no vibro, no me excita, no me apasiona.
Tras un par de años de crisis profunda he decidido cerrar el magazine para enfocarme en la marca con la que trabajo, en mis asesorías particulares y profesionales, en hacer formaciones, charlas, conferencias... Eso me pone que no veas...
Pero ¿y si cerrar no es la mejor opción? Es decir, Orgànics Magazine hoy por hoy tiene una gran reputación y llegó a tener 400.000 páginas vistas al mes y más clientes de los que podía soportar, pero, como no conocía a Isra y sus sabios consejos, no subí precios y me ahogué en el éxito.
Literal, como dicen los críos de ahora.
Ahora que he hecho mi página web más personalista para ofrecer mis servicios y cursos (que nunca he ofrecido y no sé si va a funcionar) y se acerca el momento de la separación, pienso en si merece la pena, por un arrebato pasional, mandar a la mierda tantos años de relación.
Pero es que no sé hacer las cosas sin pasión, y cuando la pasión se me va, ya no la puedo recuperar.
La busco por los cajones y los rincones..., pero no está...