“Si me muero, quiero volver a nacer y quiero ser futbolista. Y quiero volver a ser Diego Armando Maradona. Soy un jugador que le ha dado alegría a la gente y con eso me basta y me sobra”
Hace 5 años Diego pasó a la inmortalidad.
Mi ídolo de la infancia.
Me acuerdo como si fuera ayer cuando la clavó en ángulo en el Mundial 94 y gritó el gol frente a la cámara.
Hay muy pocas personas en la historia para las que no hace falta decir el apellido para saber a quién nos referimos.
No hablaremos esta vez de las cosas que saben todos:
Los goles con nombre propio que les hizo a los ingleses y toda la épica del Mundial 86.
Hoy hablaremos de un fenómeno que revolucionó Nápoles para siempre.
Su imagen está a la par de la de San Genaro, patrono de la ciudad.
40 años después, miramos a ese equipo del sur pobre de Italia sin poder dimensionar lo que hizo: fue la presa que cazó al cazador.
Porque el Scudetto era para los del norte rico —Milan, Inter, Juventus—, no para los “mafiosos” del sur.
Hasta que apareció un hombre que lo puso todo patas para arriba.
Con un don imposible de copiar.
Nadie jugó como él.
Sí, hubo otros con más goles.
Otros con más trofeos.
Pero nadie ganaba los partidos solo.
Tan grande fue lo que generó Diego, que en el cementerio de Nápoles los tifosi colgaron una bandera que decía: "E non sanno che se so perso"
Que quiere decir: "No saben lo que se perdieron"
Ciao.
Más historias como esta en mi newsletter: Copywriting a martillazos
P.D. Estuve presente en su partido despedida en la Bombonera el 10 de noviembre de 2001. Puedo decir que vi jugar a Diego. Nunca me voy a olvidar de esa sensación.
Hace 5 años Diego pasó a la inmortalidad.
Mi ídolo de la infancia.
Me acuerdo como si fuera ayer cuando la clavó en ángulo en el Mundial 94 y gritó el gol frente a la cámara.
Hay muy pocas personas en la historia para las que no hace falta decir el apellido para saber a quién nos referimos.
No hablaremos esta vez de las cosas que saben todos:
Los goles con nombre propio que les hizo a los ingleses y toda la épica del Mundial 86.
Hoy hablaremos de un fenómeno que revolucionó Nápoles para siempre.
Su imagen está a la par de la de San Genaro, patrono de la ciudad.
40 años después, miramos a ese equipo del sur pobre de Italia sin poder dimensionar lo que hizo: fue la presa que cazó al cazador.
Porque el Scudetto era para los del norte rico —Milan, Inter, Juventus—, no para los “mafiosos” del sur.
Hasta que apareció un hombre que lo puso todo patas para arriba.
Con un don imposible de copiar.
Nadie jugó como él.
Sí, hubo otros con más goles.
Otros con más trofeos.
Pero nadie ganaba los partidos solo.
Tan grande fue lo que generó Diego, que en el cementerio de Nápoles los tifosi colgaron una bandera que decía: "E non sanno che se so perso"
Que quiere decir: "No saben lo que se perdieron"
Ciao.
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P.D. Estuve presente en su partido despedida en la Bombonera el 10 de noviembre de 2001. Puedo decir que vi jugar a Diego. Nunca me voy a olvidar de esa sensación.