¿Alguna vez has pensado que lo más simple puede tener el mayor impacto.
Ahora mismo
En este mismo instante.
Me he acordado
Cuando era pequeña, tenía una muñeca que cantaba una canción que me perseguía por años. “Mambrú se fue a la guerra, mire usted, mire usted qué pena... Mambrú se fue a la guerra, no sé cuándo vendrá…”
DO RE MI
FA SOL LA
No sé cuando vendraaa.
Cada vez que la escuchaba, me imaginaba lo que Mambrú podría haber estado viviendo, si la guerra era tan lejos o tan cerca, si algún día regresaría, si la vida sería diferente al final de su camino.
Y ahora, años después, me doy cuenta de que hay algo mágico en lo simple.
Como esa canción tan sencilla, pero que, al mismo tiempo, cargaba de emoción, incertidumbre y esperanza.
O ese gesto de mi amigo Rubén regalando un libro con un gorro de Papá Noel en pleno junio, en una feria del libro. Todos se reíran todos lo mirarán como si estuviera loco. Pero ese simple acto romperá las normas, y dejará una reflexión profunda que nunca olvidaran:
la vida no tiene que seguir siempre un guion preestablecido.
A veces, lo que menos sentido tiene es lo que más nos marca.
Este año quiero hacer lo mismo. Quiero regalar momentos de locura, de sorpresa, de algo inesperado. Sí, voy a dar un libro en la Feria del Libro, pero no de la manera convencional. Lo voy a regalar a través de mi amigo Rubén y lo voy hacer con una tarjeta que ha pedido Isra bravo que le haga pensar,y que le motive a mirar más allá,y a pensar en grande.
Y, por supuesto, va a ir con su gorro de Papá Noel, porque, como siempre, hay que ponerle chispa a la vida.
La lección no es solo sobre regalar libros. Es sobre regalar momentos, gestos pequeños que hacen ruido. Quizás esa tarjeta que regales o esa sonrisa que des, sea el empujón que alguien necesita para cambiar su día, o incluso su vida. Porque, en el fondo, siempre se trata de ir más allá de las expectativas y romper las reglas un poco.
No todo tiene que tener sentido, pero a veces, lo que menos sentido tiene, es lo que más impacto tiene.
Mambrú esa muñeca que cantaba una canción llena de incertidumbre, me enseñó una lección: lo simple puede ser poderoso. Y es hora de recordar que la vida puede tener muchas melodías, algunas que no se entienden de inmediato, pero que resuenan cuando menos lo esperas. ¡Vamos a hacer ruido con lo inesperado, a romper las normas y, quién sabe, tal vez, lo que venga nos sorprenda más de lo que imaginamos!
Ahora mismo
En este mismo instante.
Me he acordado
Cuando era pequeña, tenía una muñeca que cantaba una canción que me perseguía por años. “Mambrú se fue a la guerra, mire usted, mire usted qué pena... Mambrú se fue a la guerra, no sé cuándo vendrá…”
DO RE MI
FA SOL LA
No sé cuando vendraaa.
Cada vez que la escuchaba, me imaginaba lo que Mambrú podría haber estado viviendo, si la guerra era tan lejos o tan cerca, si algún día regresaría, si la vida sería diferente al final de su camino.
Y ahora, años después, me doy cuenta de que hay algo mágico en lo simple.
Como esa canción tan sencilla, pero que, al mismo tiempo, cargaba de emoción, incertidumbre y esperanza.
O ese gesto de mi amigo Rubén regalando un libro con un gorro de Papá Noel en pleno junio, en una feria del libro. Todos se reíran todos lo mirarán como si estuviera loco. Pero ese simple acto romperá las normas, y dejará una reflexión profunda que nunca olvidaran:
la vida no tiene que seguir siempre un guion preestablecido.
A veces, lo que menos sentido tiene es lo que más nos marca.
Este año quiero hacer lo mismo. Quiero regalar momentos de locura, de sorpresa, de algo inesperado. Sí, voy a dar un libro en la Feria del Libro, pero no de la manera convencional. Lo voy a regalar a través de mi amigo Rubén y lo voy hacer con una tarjeta que ha pedido Isra bravo que le haga pensar,y que le motive a mirar más allá,y a pensar en grande.
Y, por supuesto, va a ir con su gorro de Papá Noel, porque, como siempre, hay que ponerle chispa a la vida.
La lección no es solo sobre regalar libros. Es sobre regalar momentos, gestos pequeños que hacen ruido. Quizás esa tarjeta que regales o esa sonrisa que des, sea el empujón que alguien necesita para cambiar su día, o incluso su vida. Porque, en el fondo, siempre se trata de ir más allá de las expectativas y romper las reglas un poco.
No todo tiene que tener sentido, pero a veces, lo que menos sentido tiene, es lo que más impacto tiene.
Mambrú esa muñeca que cantaba una canción llena de incertidumbre, me enseñó una lección: lo simple puede ser poderoso. Y es hora de recordar que la vida puede tener muchas melodías, algunas que no se entienden de inmediato, pero que resuenan cuando menos lo esperas. ¡Vamos a hacer ruido con lo inesperado, a romper las normas y, quién sabe, tal vez, lo que venga nos sorprenda más de lo que imaginamos!