Hola Iván,
Siendo un negocio familiar lo puedes personalizar para que la gente se sienta “como en casa”, es una sensación muy agradable esa.
Como ideas puedes contar tu historia, por qué te dedicas a la hostelería, crear esa cercanía con tus clientes, hablarles de los platos, de cómo se cocinan, de esa receta que tienes en carta porque la salsa es un secreto familiar que hacia tu abuela (o que sabe cocinar tu pareja y siempre se la pone a los guisos de pollo y no quedan ni las migas del pan con el que la mojáis), los pasteles que preparas porque eran tus favoritos de niño y que ahora son los favoritos de los niños que comen en tu restaurante cuando los piden.
Las personas que van a tu restaurante y te piden “su mesa de siempre “ y que son fieles los jueves porque siempre hacéis paella, pon frases que te digan directamente los clientes, literalmente, para muchos restaurantes ahora vemos las reseñas porque valoramos mucho la opinión de otros sobre la experiencia, así que usa esas opiniones y cuéntalas en tus emails.
Habla del plato del día, de si decoráis de alguna forma especial los días de fiesta, de los grupos de amigos que van a tomar el vermouth porque la tortilla es un espectáculo mejor que los de Broadway, las amigas que toman helados por las tardes y hablan de su último rollo de Tinder y que la cita fue tal caos que hoy te han pedido dos bolas en ese helado y un batido, porque eso mejora cualquier mala cita.
Del chico que sabes que va por primera vez con una chica por cómo la mira cuando cree que no le ve mientras lee la carta, de la recomendación de postres que le hiciste para enamorarla.
Habla de tus clientes regulares. De por qué repiten y cuenta sus historias. De los albañiles que empezaron yendo porque tenían una obra al lado y al mes de terminar repitieron una mañana de sábado con los amigos porque ese chuletón que tienes en carta se les aparecía en sueños cuando cambiaron de obra y han tenido que repetir en tu restaurante y ya sin menú del día.
De la chica que trabaja en una oficina y odia madrugar y cuando te pide el café y le preguntas si lo quiere “en vaso”, te dice que mejor “en vena” y que se ríe contigo y te contó ayer que no sabe cómo haría los informes sin tu café cada mañana.
Cuenta lo que te ha dicho el pescadero sobre la lubina que vas a preparar ese día, que es tan fresca que casi se cocina ella sola. Que la gente tenga curiosidad por saber qué harás hoy de comer, cuál es la historia, por qué has elegido eso.
Personaliza, habla de tus recetas, de tus clientes, crea un hogar para las personas que te lean, un sitio donde digan “voy a ir a comer dónde Iván que es como comer en casa”, porque cuando alguien te lee todos los días, sabe cómo has hecho esa receta, conoce a personas como él que van a comer allí, esa persona siente que te conoce y te vuelves parte de su historia, se siente parte de la familia que creas en tu restaurante, crea ese hogar en tus emails.
Así tienes ideas todas las que quieras. Espero que te sirva.