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Inés del alma mía.

Inés se lo pasaba tan, tan, tan bien desfilando que derrochaba arte en cada pasarela.

Karl Lagerfeld la vio y se dijo: “la quiero, pero sólo para mí”.

E Inés dijo oui.

Inés no podía desfilar para nadie más que para Chanel.

Ella seguía pasándoselo bien, era la mejor modelo y la mejor pagada del mundo mundial y Karl con Chanel volvieron a ser los número 1.

Porque nadie diseñaba como Karl ni vendía como Inés.

Un gran equipo.

Pero un año eligieron a Inés para ser la imagen de Marianne, el símbolo de Francia.

A Inés le pareció genial y dijo oui.

Karl se sintió traicionado y ahí empezó el mal rollo entre los dos.

Tan mal, mal, mal rollo que Karl la despidió.

La excusa fue que Inés era “demasiado francesa” para Chanel.

Una modelo francesa era demasiado francesa para representar a una marca francesa (????????????????)

Cada uno siguió su camino y profesionalmente les fue bonito a los dos, pero era como si faltara “algo”.

Casi 30 años después, Inés de la Fressange volvió a desfilar para Karl y Chanel.

A sus 60 años y entre modelos de veintipocos volvió a destacar y vender todo lo que se ponía porque seguía pasándoselo bien en la pasarela, derrochando arte y Karl seguía diseñando como nadie.

Volvieron a ser un GRAN equipo.

Si tienes un BUEN producto pero no sabes comunicarlo soy tu elegida.

A veces, lo único que falta para brillar es saber contarlo.

Ésta es Inés

Y ésta soy yo.

Sé feliz, es lo más importante que tienes que hacer hoy junto con brillar y suscribirte a mi newsletter si aún no lo has hecho.
 
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