Hola, soy Nacyeli.
Me gusta pensar que soy especialista en una sola cosa: aprender.
Aprendí a bailar mirando los pies de la gente.
Soñaba con ser bailarina de ballet, y lo intenté mientras estudiaba Ingeniería Eléctrica,
una decisión que tomé por rebeldía, luego de que un intento fallido de arreglar las luces del árbol de Navidad dejara sin electricidad la casa de mi abuela.
Todos se rieron, sobre todo mi tío —el que siempre tenía un chiste fácil—, y yo pensé: "voy a aprender esto y lo voy a hacer bien."
Durante la adolescencia, mi padre —dueño de un restaurante muy exitoso— intentó explicarme la probabilidad de que una moneda cayera en cara o sello.
No le entendí nada, y en tono de broma me soltó que no rebuznaba porque no tenía las orejas más largas.
Cuatro años después, estaba gerenciando su restaurante, el mismo que le permitía cambiar de carro cada año.
Y como siempre, aprendiendo por el camino.
Luego de mudarme al extranjero, tuve que volver a aprender electrónica desde cero,
ya que mi título no podía ser homologado directamente.
Pasé por todo el proceso de validación hasta que finalmente me reconocieron como ingeniera en mi nuevo país.
Una vez más, el aprendizaje fue el puente.
Pero en los últimos tiempos, algo se movió.
La oficina, las fórmulas y los informes empezaron a pesar más que a inspirar.
En cambio, me emociona descubrir historias en las personas, escribir sobre ellas, compartir aprendizajes a través de lo cotidiano, hacer analogías locas y ver en cada experiencia una oportunidad de crecer y conectar.
Por eso abrí un blog que se llama:
Blog – De Ingeniera a Aprendiz
Ahí comparto lo que voy aprendiendo, viviendo y observando.
Y mientras mi proyecto despega, sigo colaborando en un negocio familiar de cocinas,
que también recomiendo con gusto, porque están hechas por personas que saben de cocinas, de cuchillos y, sobre todo, de sueños que se cocinan a fuego lento.
(Por si alguien quiere verlas: https://buechele.com/en/)
Si hay algo que puedo aportar a este espacio, es eso:
la mirada de alguien que nunca deja de aprender, que ama las historias, y que cree que detrás de cada intento, incluso uno fallido, hay algo valioso que vale la pena contar.
Un abrazo,
Nacyeli
Me gusta pensar que soy especialista en una sola cosa: aprender.
Aprendí a bailar mirando los pies de la gente.
Soñaba con ser bailarina de ballet, y lo intenté mientras estudiaba Ingeniería Eléctrica,
una decisión que tomé por rebeldía, luego de que un intento fallido de arreglar las luces del árbol de Navidad dejara sin electricidad la casa de mi abuela.
Todos se rieron, sobre todo mi tío —el que siempre tenía un chiste fácil—, y yo pensé: "voy a aprender esto y lo voy a hacer bien."
Durante la adolescencia, mi padre —dueño de un restaurante muy exitoso— intentó explicarme la probabilidad de que una moneda cayera en cara o sello.
No le entendí nada, y en tono de broma me soltó que no rebuznaba porque no tenía las orejas más largas.
Cuatro años después, estaba gerenciando su restaurante, el mismo que le permitía cambiar de carro cada año.
Y como siempre, aprendiendo por el camino.
Luego de mudarme al extranjero, tuve que volver a aprender electrónica desde cero,
ya que mi título no podía ser homologado directamente.
Pasé por todo el proceso de validación hasta que finalmente me reconocieron como ingeniera en mi nuevo país.
Una vez más, el aprendizaje fue el puente.
Pero en los últimos tiempos, algo se movió.
La oficina, las fórmulas y los informes empezaron a pesar más que a inspirar.
En cambio, me emociona descubrir historias en las personas, escribir sobre ellas, compartir aprendizajes a través de lo cotidiano, hacer analogías locas y ver en cada experiencia una oportunidad de crecer y conectar.
Por eso abrí un blog que se llama:
Blog – De Ingeniera a Aprendiz
Ahí comparto lo que voy aprendiendo, viviendo y observando.
Y mientras mi proyecto despega, sigo colaborando en un negocio familiar de cocinas,
que también recomiendo con gusto, porque están hechas por personas que saben de cocinas, de cuchillos y, sobre todo, de sueños que se cocinan a fuego lento.
(Por si alguien quiere verlas: https://buechele.com/en/)
Si hay algo que puedo aportar a este espacio, es eso:
la mirada de alguien que nunca deja de aprender, que ama las historias, y que cree que detrás de cada intento, incluso uno fallido, hay algo valioso que vale la pena contar.
Un abrazo,
Nacyeli