Salceda Fernández
Fundador
"En un laboratorio no se puede ser guarra ni manazas"
Esa fue la frase que me soltó una profesora de microbiología durante un examen de prácticas.
Esta frase me ha servido durante los 16 años que lideré un laboratorio y puede que que sirva para tu actividad, sea la que sea.
Me explico, pero deja que te cuente lo que pasó.
Cuando escuché esa frase, apreté los dientes y seguí mirando al microscopio donde intentaba enfocar una preparación.
Estaba en medio de un examen final de prácticas.
Era alumna interna de esa misma cátedra pero en una especialidad distinta a la del examen.
Imagínatelo, estaba atacada,
sentía que tenía que demostrar que era mejor que el resto porque era alumna interna,
y no podía controlar el temblor de mis manos.
Había intentado poner una gota de colorante y se me había escapado un chorro.
Y al ir a limpiarlo, manché de azul parte del microscopio.
Y escuchar aquello pense: tienes dos opciones, o echarte a llorar y cagarte en su puta madre, o respirár profundo e intentar salvar el examen.
Opté por lo segundo masticando la rabia.
Aprobé rozando el larguero.
Y sufrí en mis carnes lo que la falta de empatía puede hacer en las personas.
A veces es inconsciente, y a veces rezuma miseria humana, como esta profesora.
En tu negocio la falta de empatía tiene consecuencias muy graves y a muchos niveles.
Podría contarte bastantes ejemplos y lo haré, pero no hoy.
Hoy sólo me centraré en la empatía cuando escribes para vender.
Cucha,
Puedes ser un maldito premio nobel en lo tuyo,
que tu orina haga brotar diccionarios sobre lo que vendes
allá donde toque.
Si no te pones en el lugar de quien te tiene que comprar,
no vas a vender.
Si no conmueves,
no mueves.
Somos personas antes que consumidores.
Empieza a ponerte en el lugar de las personas a las que te diriges
y te verán como a una persona, y no como a un proveedor.
PD.: además, la empatía es gratis.
Esa fue la frase que me soltó una profesora de microbiología durante un examen de prácticas.
Esta frase me ha servido durante los 16 años que lideré un laboratorio y puede que que sirva para tu actividad, sea la que sea.
Me explico, pero deja que te cuente lo que pasó.
Cuando escuché esa frase, apreté los dientes y seguí mirando al microscopio donde intentaba enfocar una preparación.
Estaba en medio de un examen final de prácticas.
Era alumna interna de esa misma cátedra pero en una especialidad distinta a la del examen.
Imagínatelo, estaba atacada,
sentía que tenía que demostrar que era mejor que el resto porque era alumna interna,
y no podía controlar el temblor de mis manos.
Había intentado poner una gota de colorante y se me había escapado un chorro.
Y al ir a limpiarlo, manché de azul parte del microscopio.
Y escuchar aquello pense: tienes dos opciones, o echarte a llorar y cagarte en su puta madre, o respirár profundo e intentar salvar el examen.
Opté por lo segundo masticando la rabia.
Aprobé rozando el larguero.
Y sufrí en mis carnes lo que la falta de empatía puede hacer en las personas.
A veces es inconsciente, y a veces rezuma miseria humana, como esta profesora.
En tu negocio la falta de empatía tiene consecuencias muy graves y a muchos niveles.
Podría contarte bastantes ejemplos y lo haré, pero no hoy.
Hoy sólo me centraré en la empatía cuando escribes para vender.
Cucha,
Puedes ser un maldito premio nobel en lo tuyo,
que tu orina haga brotar diccionarios sobre lo que vendes
allá donde toque.
Si no te pones en el lugar de quien te tiene que comprar,
no vas a vender.
Si no conmueves,
no mueves.
Somos personas antes que consumidores.
Empieza a ponerte en el lugar de las personas a las que te diriges
y te verán como a una persona, y no como a un proveedor.
PD.: además, la empatía es gratis.