(Lo de la maquetación y esas cosas ya llegará. De momento opinad si tiene lo que tiene que tener un email)
(Se puede opinar y juzgar... también. Hemos venido a aprender. Gracias)
Asunto: Invasión de perchas espalderas
En los 4 minutos que tardas en leer este mail, vas a saber por qué la espontaneidad vende más que llevar una percha en la espalda.
Al final de cada curso, el instituto de artes donde estudia mi pequeña prepara una exposición gratuita con los cuadro de los alumnos.
Diferentes técnicas, diferentes edades, diferentes niveles. Pura vida.
Y como toda exposición, tiene un cartel promocional. Objetivo doble: representar la esencia de la muestra y llamar la atención de los paseantes.
El elegido es un trabajo de Lucía. No es que nos sorprenda porque es una bestia dibujando, pero más inconstante que una L en un atasco de la A3.
Tras la inauguración, una de las profesoras del insti contacta con Lucía y le dice que quiere comprar la lámina. Una especie de foca en tinta china.
Su primera venta. Imagina la locura de la artista.
¡Joder!, es que el cuadro es muy bueno. Raro, pero muy bueno. Está lleno de naturalidad, es espontáneo, dinámico… diferente. Es muy Lucía.
Y tanto que es Lucía. Tenían dos clases para terminarlo y como ella se había fumado la primera (vaya usted a saber por qué), sólo tuvo una para hacerlo. Corrió el doble y pensó la mitad.
Sacó lo mejor que tenía dentro. Su instinto, su naturaleza inconstante, su arte. Eso es lo que llamó la atención de la compradora: verdad sin maquillaje.
Y como lo natural es que quieras vender más en tu negocio, tus textos no pueden ser ni un manual de instrucciones, ni calcos de los de tu competencia.
Las cartas de hacienda, los boletines oficiales y las notas simples de una vivienda no venden. No hay Dios que las aguante.
No permitas que el mensaje de tu negocio se pierda entre palabras que no dicen nada.
Una imagen no vale más que mil palabras. Son las palabras las que tienen que dibujar, en la mente de tu cliente, la imagen que quieres proyectar.
Mi trabajo es que tu negocio cuente su historia y sólo la suya.
Se diferencie de la competencia.
Sea él y no otro más.
Las perchas son para la ropa, no para que vendas… (salvo que vendas perchas, claro)
Si crees que puedo ayudarte a vender más: Aquí
Si crees que no soy yo, que eres tú: Acá
(Se puede opinar y juzgar... también. Hemos venido a aprender. Gracias)
Asunto: Invasión de perchas espalderas
En los 4 minutos que tardas en leer este mail, vas a saber por qué la espontaneidad vende más que llevar una percha en la espalda.
Al final de cada curso, el instituto de artes donde estudia mi pequeña prepara una exposición gratuita con los cuadro de los alumnos.
Diferentes técnicas, diferentes edades, diferentes niveles. Pura vida.
Y como toda exposición, tiene un cartel promocional. Objetivo doble: representar la esencia de la muestra y llamar la atención de los paseantes.
El elegido es un trabajo de Lucía. No es que nos sorprenda porque es una bestia dibujando, pero más inconstante que una L en un atasco de la A3.
Tras la inauguración, una de las profesoras del insti contacta con Lucía y le dice que quiere comprar la lámina. Una especie de foca en tinta china.
Su primera venta. Imagina la locura de la artista.
¡Joder!, es que el cuadro es muy bueno. Raro, pero muy bueno. Está lleno de naturalidad, es espontáneo, dinámico… diferente. Es muy Lucía.
Y tanto que es Lucía. Tenían dos clases para terminarlo y como ella se había fumado la primera (vaya usted a saber por qué), sólo tuvo una para hacerlo. Corrió el doble y pensó la mitad.
Sacó lo mejor que tenía dentro. Su instinto, su naturaleza inconstante, su arte. Eso es lo que llamó la atención de la compradora: verdad sin maquillaje.
Y como lo natural es que quieras vender más en tu negocio, tus textos no pueden ser ni un manual de instrucciones, ni calcos de los de tu competencia.
Las cartas de hacienda, los boletines oficiales y las notas simples de una vivienda no venden. No hay Dios que las aguante.
No permitas que el mensaje de tu negocio se pierda entre palabras que no dicen nada.
Una imagen no vale más que mil palabras. Son las palabras las que tienen que dibujar, en la mente de tu cliente, la imagen que quieres proyectar.
Mi trabajo es que tu negocio cuente su historia y sólo la suya.
Se diferencie de la competencia.
Sea él y no otro más.
Las perchas son para la ropa, no para que vendas… (salvo que vendas perchas, claro)
Si crees que puedo ayudarte a vender más: Aquí
Si crees que no soy yo, que eres tú: Acá