Lo de escribir no es mío, me viene en los genes: mi padre, mi abuelo, un tío y a saber quién más irá arriba y abajo por mis venas.
Mi abuelo, maestro de escuela escribía increible, pero nunca publicó nada, salvo artículos en periódicos o revistas de la época. Conservo un manuscrito suyo, "Modesta vida de un maestro" que ojalá algún día pueda digitalizar y editar para hacer un libro con semejante tesoro.
Mi tío fue jesuíta, importante, hasta que se salió, enamorado y se casó -y le ningunearon, como solía ser-. Era magia pura lo que escribía, pero nunca ganó dinero con ello; cuando era cura, porque se lo quedaba la Orden; cuando fue seglar, porque lo hacía por hobbie, ya que no lo necesitaba.
Mi padre es un referente en el mundo de la montaña en España, como montañero y como escritor. Falleció el 22 de febrero del 2020, justo antes de estallar la pandemia, con 96 años y casi que pateando monte hasta el final. Comparto link (www.agustinfaus.com) por si alguien siente curiosidad y porque se lo merece: con más 40 libros de montaña en una época que no escribía nadie de ese tema, y cuando los montañeros no eran patrocinados, si no que sus locuras, expediciones y aventuras, se las pagaba cada cual de su bolsillo.
Y quizá de todo esto me venga también ese "amor al arte" en lo que me gusta.
El caso es ese.
Que no encuentro el negocio en escribir mis newsletters.
Llevo muy poquitas, pero me está encantando hacerlo, parece que he encontrado la forma de sacar todo lo que llevo dentro sin que me controlen desde fuera.
Puedo escribir a diario, porque tengo tantísimo escrito en mil formatos, desde servilletas de papel a notas infinitas de móvil, que me daría para enviar 1 mail por hora tirando "de repositorio personal"
. (no, no lo haré, jajajaja)
No tengo ni 300 lectores, prácticamente todos de contactos personales, pero la verdad que me encanta porque me responden, dicen que les cuestiona, les gusta, me comentan... y haciéndolo, además, me dan mil y una ideas más para otros tantos mails.
¿Por qué lo hago?
Porque me gusta, evidentemente.
Adoro escribir. Lo necesito, de hecho.
Es una costumbre que empecé con 13 años un día de Nochebuena (esas cosas que quedan grabadas), entonces en un cuaderno de los de cuadritos, y seguí haciendo en mil formatos con el paso de los tiempos. Tengo todos esos cuadernos en una parte dedicada de mi librería personal, porque para mi es oro.
Luego cuando ya vino el ordenador, con los diskettes y discos duros, todo quedó reducido a lo que no se ve, pero está.
Desde que empecé en Facebook, muy al principio, escribía y compartía muchísimo por ahí. No solo de viajes, que es muy bonito y agradecido, y tan solo ahí tengo muchísimo que contar con todo lo que me muevo, si no de todo... y cuando digo de todo, es eso... DE TODO.
La gente me seguía, me pedían más, comentaban, se montaban polémicas, me pasé muchas veces de compartir en exceso... pero bueno, todos cometemos errores.
Pero, ya sabemos, las redes son efímeras y traicioneras, te suben arriba para que te creas alguien y luego te tiran de una patada sin contemplaciones... De repente en un cruce del Pacífico en velero, cuando empezaba la parte emocionante e interesante de la experiencia, lo más salvaje y por descubrir... me hackearon la cuenta, me dejaron tirada al llegar a Samoa, y tardé casi 6 meses en recuperarla...
No se si "mis seguidores" pensaron que me había muerto o que me había escondido debajo de una palmera...
El caso es que eso me marcó.
Perdí tanto (y no sólo lo escrito o lo que querría haber escrito...) que dije: Nunca más.
Por eso el mail.
Porque nadie me podrá quitar lo que es mío, ni racionar quien lo ve.
Y, nota curiosa (por ponerle un nombre): hace unos días puse un post en FB "anunciando" que me quitaria y dejaría de escribir ahí, que se subscribiera quien quisiera, y, "misteriosamente" lo ha visto poquísima gente, cuando lo normal es que en cuanto publico lo que sea, hay mucho movimiento (tengo casi 5.000 seguidores, y muchos son realmente "fans", así que a pocos que lo vean son unos cuantos...). Pero, mira por donde que este "no lo ha visto" casi nadie. ¡Qué casualidad, señor MS de Meta....!
En fin...
Odio el agoritmo y lo que hacen con nosotros.
Así que desde ahora, pago por escribir,
ya que la herramienta que uso tiene un coste mensual, ya que quiero hacerlo bien.
Pero lo hago por mi.
Me sale sólo y "siento" que debo sacarlo, que tengo algo que aportar.
Siempre he imaginado a otros leyéndome, me ha encantado compartir lo que escribía, sugerir a otros que me lo pidiesen...
Evidentemente me encanta y me infla el ego que me digan que les gusta, que les ha ayudado a algo, cuestionado, entretenido, enseñado... lo que sea.
Como además soy tan "polifacética" y estoy metida en tantos ajos diferentes que me generan contenido de lo más diverso, pues resulta hasta entretenido que no sepas nunca por dónde va a salir Hellen.
Pero al final, sí, es algo mío.
Soy así de egoísta y "memiromiombligo", aunque no lo lea nadie, yo seguiré haciéndolo.
En fin.
Que también soy muy rollera, como queda clarísimo aquí.
Lo siento
Pues eso, que no escribo por negocio, por hacer dinero, por mover nada... mi trabajo, mi negocio y mi vida van por otro lado.
Me considero súper pagada sólo con las reacciones y comentarios de la gente, con que haya quien lo reciba con ganas. con que una sóla de mis palabras haya podido provocar un cambio en alguien.
Mi ego, mi gran ego, ese sí que se siente recompensado con este reconocimiento, aperturas, comentarios, alabanzas o agradecimientos.
Evidentemente a nadie le amarga un dulce, pero aunque ahora ni me lo planteo, si algún día lo hiciera, posiblemente sentiría un poco "prostituir" mis ideales.
(Eso sí, el día que escriba un libro, que está en mi lista de "deberes", ahí si que espero venderlo, faltaría más. Aunque sea para que no me cueste dinero, que sería ya el colmo, jaja)
Bueno.
Pues con este plantel que expongo, además de invitaros a recibir mis correos, -ya imagináis-, ¿qué me decís?
¿Soy muy tonta?
¿Muy ingenua?
¿Seré un fraude el día que cambie de opinión y quiera "monetizar" eso que hago?
¿Hay otra gente que está en este camino?
¿Debo irme de este foro porque no va por aquí mi tema?
Bueno, aquí me defendería porque tengo otros (temas), para los cuales SÍ soy tremendamente comercial 
Me he pasado cuatro pueblos.
No sé cuantos llegaréis hasta el final.
Mis newsletters son más cortas, en el blog ya me estiro más, pero aquí se me ha ido la pinza.
Da igual, así se queda...
CRIC CRIC CRIC (capitanas rodando por el desierto

.................
Y si queréis leerme, o subscribiros, -ya que no os voy a cobrar nada
-, mi ego y yo, encantados de recibiros: NEWSLETTERS DE HELLEN FAUS
Mi abuelo, maestro de escuela escribía increible, pero nunca publicó nada, salvo artículos en periódicos o revistas de la época. Conservo un manuscrito suyo, "Modesta vida de un maestro" que ojalá algún día pueda digitalizar y editar para hacer un libro con semejante tesoro.
Mi tío fue jesuíta, importante, hasta que se salió, enamorado y se casó -y le ningunearon, como solía ser-. Era magia pura lo que escribía, pero nunca ganó dinero con ello; cuando era cura, porque se lo quedaba la Orden; cuando fue seglar, porque lo hacía por hobbie, ya que no lo necesitaba.
Mi padre es un referente en el mundo de la montaña en España, como montañero y como escritor. Falleció el 22 de febrero del 2020, justo antes de estallar la pandemia, con 96 años y casi que pateando monte hasta el final. Comparto link (www.agustinfaus.com) por si alguien siente curiosidad y porque se lo merece: con más 40 libros de montaña en una época que no escribía nadie de ese tema, y cuando los montañeros no eran patrocinados, si no que sus locuras, expediciones y aventuras, se las pagaba cada cual de su bolsillo.
Y quizá de todo esto me venga también ese "amor al arte" en lo que me gusta.
El caso es ese.
Que no encuentro el negocio en escribir mis newsletters.
Llevo muy poquitas, pero me está encantando hacerlo, parece que he encontrado la forma de sacar todo lo que llevo dentro sin que me controlen desde fuera.
Puedo escribir a diario, porque tengo tantísimo escrito en mil formatos, desde servilletas de papel a notas infinitas de móvil, que me daría para enviar 1 mail por hora tirando "de repositorio personal"
No tengo ni 300 lectores, prácticamente todos de contactos personales, pero la verdad que me encanta porque me responden, dicen que les cuestiona, les gusta, me comentan... y haciéndolo, además, me dan mil y una ideas más para otros tantos mails.
¿Por qué lo hago?
Porque me gusta, evidentemente.
Adoro escribir. Lo necesito, de hecho.
Es una costumbre que empecé con 13 años un día de Nochebuena (esas cosas que quedan grabadas), entonces en un cuaderno de los de cuadritos, y seguí haciendo en mil formatos con el paso de los tiempos. Tengo todos esos cuadernos en una parte dedicada de mi librería personal, porque para mi es oro.
Luego cuando ya vino el ordenador, con los diskettes y discos duros, todo quedó reducido a lo que no se ve, pero está.
Desde que empecé en Facebook, muy al principio, escribía y compartía muchísimo por ahí. No solo de viajes, que es muy bonito y agradecido, y tan solo ahí tengo muchísimo que contar con todo lo que me muevo, si no de todo... y cuando digo de todo, es eso... DE TODO.
La gente me seguía, me pedían más, comentaban, se montaban polémicas, me pasé muchas veces de compartir en exceso... pero bueno, todos cometemos errores.
Pero, ya sabemos, las redes son efímeras y traicioneras, te suben arriba para que te creas alguien y luego te tiran de una patada sin contemplaciones... De repente en un cruce del Pacífico en velero, cuando empezaba la parte emocionante e interesante de la experiencia, lo más salvaje y por descubrir... me hackearon la cuenta, me dejaron tirada al llegar a Samoa, y tardé casi 6 meses en recuperarla...
No se si "mis seguidores" pensaron que me había muerto o que me había escondido debajo de una palmera...
El caso es que eso me marcó.
Perdí tanto (y no sólo lo escrito o lo que querría haber escrito...) que dije: Nunca más.
Por eso el mail.
Porque nadie me podrá quitar lo que es mío, ni racionar quien lo ve.
En fin...
Odio el agoritmo y lo que hacen con nosotros.
Así que desde ahora, pago por escribir,
Pero lo hago por mi.
Me sale sólo y "siento" que debo sacarlo, que tengo algo que aportar.
Siempre he imaginado a otros leyéndome, me ha encantado compartir lo que escribía, sugerir a otros que me lo pidiesen...
Evidentemente me encanta y me infla el ego que me digan que les gusta, que les ha ayudado a algo, cuestionado, entretenido, enseñado... lo que sea.
Como además soy tan "polifacética" y estoy metida en tantos ajos diferentes que me generan contenido de lo más diverso, pues resulta hasta entretenido que no sepas nunca por dónde va a salir Hellen.
Pero al final, sí, es algo mío.
Soy así de egoísta y "memiromiombligo", aunque no lo lea nadie, yo seguiré haciéndolo.
En fin.
Que también soy muy rollera, como queda clarísimo aquí.
Lo siento
Pues eso, que no escribo por negocio, por hacer dinero, por mover nada... mi trabajo, mi negocio y mi vida van por otro lado.
Me considero súper pagada sólo con las reacciones y comentarios de la gente, con que haya quien lo reciba con ganas. con que una sóla de mis palabras haya podido provocar un cambio en alguien.
Mi ego, mi gran ego, ese sí que se siente recompensado con este reconocimiento, aperturas, comentarios, alabanzas o agradecimientos.
Evidentemente a nadie le amarga un dulce, pero aunque ahora ni me lo planteo, si algún día lo hiciera, posiblemente sentiría un poco "prostituir" mis ideales.
(Eso sí, el día que escriba un libro, que está en mi lista de "deberes", ahí si que espero venderlo, faltaría más. Aunque sea para que no me cueste dinero, que sería ya el colmo, jaja)
Bueno.
Pues con este plantel que expongo, además de invitaros a recibir mis correos, -ya imagináis-, ¿qué me decís?
Me he pasado cuatro pueblos.
No sé cuantos llegaréis hasta el final.
Mis newsletters son más cortas, en el blog ya me estiro más, pero aquí se me ha ido la pinza.
Da igual, así se queda...
CRIC CRIC CRIC (capitanas rodando por el desierto
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