Para los que me no conozcáis, me paso por aquí para contar una historia de las muchas que pasan por mi bandeja de entrada.
Hace unas semanas me escribió una chica que acababa de vivir lo que ella misma llamó “la bofetada más cara de mi vida”.
Llevaba meses trabajando en su lanzamiento estrella, había invertido cientos de horas diseñando su producto, preparando la estrategia de marketing, invirtiendo en publicidad, generando expectación en su comunidad.
Había contratado diseño web, un copy profesional, un tío experto en anuncios, etc. Un montón de pasta llevaba invertida, a parte de su tiempo claro.
El lanzamiento fue súper bien. Ventas, visibilidad, reconocimiento.
Hasta que un buen día, le llega una denuncia de la AEPD (la agencia de protección de datos) como cualquiera que recibe este tipo de notificación, lo primero es que te entran sudores fríos y lo segundo, tu cerebro se bloquea, vamos, que no entiendes que coño es eso, así que le pregunta a un conocido, el conocido le pregunta a otro y acaba llegando hasta mi esta historia.
El caso, la denuncia vino de un usuario que se suscribió para descargar un lead magned, y de pronto, se encuentra en un funnel recibiendo un correo al día en dónde se lo invitaba a comprar en cada uno, algo muy lógico y normal, pero que a este señor, al parecer no le hizo gracia.
Y es entonces, cuando el muy enfadado señor, descubre que:
No había textos legales adaptados en su web, no pedía consentimiento en sus formularios y su banner de cookies era más ornamental que funcional.
Y tarda menos de 10 minutos en rellenar el formulario de la AEPD y poner una denuncia (porque es lo que tarda)
Y mira que ironía:
Todo esto ocurre por no haber dedicado una sola tarde a poner en regla lo que sostiene y protege cualquier negocio digital: el cumplimiento (los dichosos textos legales)
Me lo contaba entre la rabia y la tristeza:
“He invertido meses de trabajo y miles de euros en publicidad, y me encuentro con este marrón por esta chorrada"
Y es que el cumplimiento no es una chorrada, aunque lo parezca.
Es la base invisible que da confianza a tus clientes, protege tu negocio y te permite crecer sin miedo a que aparezca el Manolo de turno a tocarte las narices.
También es lo que te permite vender sin miedo, sin temer a que un usuario con un poco de mala leche, pueda poner patas para arriba tu negocio en cualquier momento.
Moraleja: dedica unas horas al inicio, pon tu web en orden y asegúrate de que cada lanzamiento sea un trampolín, no una ruleta rusa.
Pronto hablaremos de cómo tener tu negocio digital en modo vikingo, y más blindado que un bunker... pronto...
Hace unas semanas me escribió una chica que acababa de vivir lo que ella misma llamó “la bofetada más cara de mi vida”.
Llevaba meses trabajando en su lanzamiento estrella, había invertido cientos de horas diseñando su producto, preparando la estrategia de marketing, invirtiendo en publicidad, generando expectación en su comunidad.
Había contratado diseño web, un copy profesional, un tío experto en anuncios, etc. Un montón de pasta llevaba invertida, a parte de su tiempo claro.
El lanzamiento fue súper bien. Ventas, visibilidad, reconocimiento.
Hasta que un buen día, le llega una denuncia de la AEPD (la agencia de protección de datos) como cualquiera que recibe este tipo de notificación, lo primero es que te entran sudores fríos y lo segundo, tu cerebro se bloquea, vamos, que no entiendes que coño es eso, así que le pregunta a un conocido, el conocido le pregunta a otro y acaba llegando hasta mi esta historia.
El caso, la denuncia vino de un usuario que se suscribió para descargar un lead magned, y de pronto, se encuentra en un funnel recibiendo un correo al día en dónde se lo invitaba a comprar en cada uno, algo muy lógico y normal, pero que a este señor, al parecer no le hizo gracia.
Y es entonces, cuando el muy enfadado señor, descubre que:
No había textos legales adaptados en su web, no pedía consentimiento en sus formularios y su banner de cookies era más ornamental que funcional.
Y tarda menos de 10 minutos en rellenar el formulario de la AEPD y poner una denuncia (porque es lo que tarda)
Y mira que ironía:
Todo esto ocurre por no haber dedicado una sola tarde a poner en regla lo que sostiene y protege cualquier negocio digital: el cumplimiento (los dichosos textos legales)
Me lo contaba entre la rabia y la tristeza:
“He invertido meses de trabajo y miles de euros en publicidad, y me encuentro con este marrón por esta chorrada"
Y es que el cumplimiento no es una chorrada, aunque lo parezca.
Es la base invisible que da confianza a tus clientes, protege tu negocio y te permite crecer sin miedo a que aparezca el Manolo de turno a tocarte las narices.
También es lo que te permite vender sin miedo, sin temer a que un usuario con un poco de mala leche, pueda poner patas para arriba tu negocio en cualquier momento.
Moraleja: dedica unas horas al inicio, pon tu web en orden y asegúrate de que cada lanzamiento sea un trampolín, no una ruleta rusa.
Pronto hablaremos de cómo tener tu negocio digital en modo vikingo, y más blindado que un bunker... pronto...