Miguel Gomis
Fundador
Buenas.
Os propongo un ejercicio de esos que pueden poner cachas a vuestras neuronas, pero aun más cachas a vuestra mentalidad.
El ejercicio tiene el espectacular e innovador nombre de:
“Deja de compararte en 7 minutos: 3 ejercicios sin apps”
(lo sé, no comentéis el nombre, por favor)
Hace unos días, escuché a alguien decir:
Error.
No se trata de dejar de compararte mañana, sino de romper el bucle en cuanto aparezca.
Tendemos a decir qué no nos gusta, pero el foco hay que ponerlo en una o dos o tres capas más abajo.
Hay que "escarbar", como decía mi padre cuando me acompañaba de pequeño a buscar raíces de regaliz.
La comparación es como ese amigo que no invitaste, pero aparece igual y encima se sirve la última cerveza.
No puedes evitar que aparezca, pero sí que se sienta cómodo hasta que aprendas a decirle:
Aquí tienes los 3 ejercicios para sacar a ese okupa de tu salón mental en menos de 7 minutos:
1. El espejo ajeno
Piensa en la última persona con la que te comparaste.
Ahora escribe en papel una cosa que esa persona te inspira y una cosa que no quieres de su vida.
Esto aterriza la comparación: ves que no es todo oro.
2. Cuenta de victorias
Anota 3 logros tuyos de los últimos 12 meses.
Grandes, pequeños, no importa. Pero que sea algo que te costara conseguirlo.
Esto recalibra tu foco hacia lo tuyo.
3. Mini reto interno
Elige una acción que puedas hacer HOY para superarte a ti mismo.
Ejemplo: leer 5 páginas más que ayer, escribir 10 frases más, caminar 500 pasos más, decirle a ese amigo que no está invitado...
No dediques más de 2-3 minutos en cada uno de los ejercicios.
Si alguno se anima a hacerlos y comentarlos, ¡todos mejoramos!
Os propongo un ejercicio de esos que pueden poner cachas a vuestras neuronas, pero aun más cachas a vuestra mentalidad.
El ejercicio tiene el espectacular e innovador nombre de:
“Deja de compararte en 7 minutos: 3 ejercicios sin apps”
(lo sé, no comentéis el nombre, por favor)

Hace unos días, escuché a alguien decir:
“Cuando deje de compararme, me sentiré mejor conmigo mismo.”
Error.
No se trata de dejar de compararte mañana, sino de romper el bucle en cuanto aparezca.
Tendemos a decir qué no nos gusta, pero el foco hay que ponerlo en una o dos o tres capas más abajo.
Hay que "escarbar", como decía mi padre cuando me acompañaba de pequeño a buscar raíces de regaliz.
La comparación es como ese amigo que no invitaste, pero aparece igual y encima se sirve la última cerveza.
No puedes evitar que aparezca, pero sí que se sienta cómodo hasta que aprendas a decirle:
—Oye, tú no estás invitado.
Aquí tienes los 3 ejercicios para sacar a ese okupa de tu salón mental en menos de 7 minutos:
1. El espejo ajeno
Piensa en la última persona con la que te comparaste.
Ahora escribe en papel una cosa que esa persona te inspira y una cosa que no quieres de su vida.
Esto aterriza la comparación: ves que no es todo oro.
2. Cuenta de victorias
Anota 3 logros tuyos de los últimos 12 meses.
Grandes, pequeños, no importa. Pero que sea algo que te costara conseguirlo.
Esto recalibra tu foco hacia lo tuyo.
3. Mini reto interno
Elige una acción que puedas hacer HOY para superarte a ti mismo.
Ejemplo: leer 5 páginas más que ayer, escribir 10 frases más, caminar 500 pasos más, decirle a ese amigo que no está invitado...
No dediques más de 2-3 minutos en cada uno de los ejercicios.
Si alguno se anima a hacerlos y comentarlos, ¡todos mejoramos!