El día que conocí a Isra Bravo (en persona)

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Si estás leyendo esto, conoces a Isra Bravo, seguro. De hecho, hay una posibilidad de 525 (bueno 523, que han echado a dos) de que seas Isra Bravo!

Puede que sólo lo conozcas de alguna formación anterior, de alguna masterclass de las suyas, de alguna mentoría... y puede que hasta lo hayas conocido en persona, como me pasó a mí. Te cuento.

Atocha. Un 23 de abril cualquiera. En la cola de embarque al AVE. Me giro. Un tipo alto con gorra y sudadera. Por su forma de vestir podía venir de cargar camiones. O ir a cargarlos. O podía estar yendo a firmar libros a la mejor feria del libro. La Fira del Llibre i la Rosa. Bajo la cabeza. Sigo a lo mío. Vuelvo a mirar.

Fijo que es él.

¿Le digo algo? No, no le moletes. ¿Por qué se tendría que molestar? Yo que sé, pero está aquí, tranquilo, a su rollo. Como para que le asalte un tipo en plan gruppie de grupo de rock. ¿Vas a dejar de pasar la oportunidad de saludarle? No seas tonto. Va, le saludas y listo.

Algo así debió pasar por mi cabeza durante unos minutos.

- Disculpa. ¿Eres Isra Bravo, verdad?

- ¡Osti! Sí.

Nos estrechamos la mano. Un gracias por la última formación. Un te leo de hace tiempo. Nada fuera de lo normal. Sólo nos faltó hablar del tiempo.

- Buen viaje y que tengas una firma de libros genial.

Así más o menos acabó.

- ¿Y no te presentaste? ¿No le diste una tarjeta? ¿No le dijiste qué hacías?

Eso me preguntó el primer amigo al que se lo expliqué.

- Pues no... no encontré cómo. No tenía sentido ponerme a hablar de mí. ¿Qué le aportaba a él? En ese momento, nada.

Ahora sí que tiene sentido que me presente. Allá va:

Dicen que si no puedes explicar lo que haces en tres palabras es porque eres "consultor".

Y eso es lo que soy. Consultor. Y un consultor puede hacer muchas cosas para tu negocio, para tu idea, para tu proyecto. Y si está enfocado en tecnología y en personas, más todavía. Y si lleva más de 20 años con trabajando con clientes del IBEX y no se le caen los anillos por trabajar con la peluquería del barrio, ni te cuento la de cosas que ha visto.

Si quieres saber más, www.consejodelobos.com o www.raulsanchezperal.com (que llevan al mismo sitio).

P.D.: de todo se aprende, así que aprendí que tenía que hacer tarjetas de visita que pudiese dar en cualquier momento y a cualquiera. Si estás leyendo esto la próxima vez te doy tarjeta seguro! ¿Que hoy en día ya no se lleva eso de dar tarjetas de visita? Pues por eso.
 
Si estás leyendo esto, conoces a Isra Bravo, seguro. De hecho, hay una posibilidad de 525 (bueno 523, que han echado a dos) de que seas Isra Bravo!

Puede que sólo lo conozcas de alguna formación anterior, de alguna masterclass de las suyas, de alguna mentoría... y puede que hasta lo hayas conocido en persona, como me pasó a mí. Te cuento.

Atocha. Un 23 de abril cualquiera. En la cola de embarque al AVE. Me giro. Un tipo alto con gorra y sudadera. Por su forma de vestir podía venir de cargar camiones. O ir a cargarlos. O podía estar yendo a firmar libros a la mejor feria del libro. La Fira del Llibre i la Rosa. Bajo la cabeza. Sigo a lo mío. Vuelvo a mirar.

Fijo que es él.

¿Le digo algo? No, no le moletes. ¿Por qué se tendría que molestar? Yo que sé, pero está aquí, tranquilo, a su rollo. Como para que le asalte un tipo en plan gruppie de grupo de rock. ¿Vas a dejar de pasar la oportunidad de saludarle? No seas tonto. Va, le saludas y listo.

Algo así debió pasar por mi cabeza durante unos minutos.

- Disculpa. ¿Eres Isra Bravo, verdad?

- ¡Osti! Sí.

Nos estrechamos la mano. Un gracias por la última formación. Un te leo de hace tiempo. Nada fuera de lo normal. Sólo nos faltó hablar del tiempo.

- Buen viaje y que tengas una firma de libros genial.

Así más o menos acabó.

- ¿Y no te presentaste? ¿No le diste una tarjeta? ¿No le dijiste qué hacías?

Eso me preguntó el primer amigo al que se lo expliqué.

- Pues no... no encontré cómo. No tenía sentido ponerme a hablar de mí. ¿Qué le aportaba a él? En ese momento, nada.

Ahora sí que tiene sentido que me presente. Allá va:

Dicen que si no puedes explicar lo que haces en tres palabras es porque eres "consultor".

Y eso es lo que soy. Consultor. Y un consultor puede hacer muchas cosas para tu negocio, para tu idea, para tu proyecto. Y si está enfocado en tecnología y en personas, más todavía. Y si lleva más de 20 años con trabajando con clientes del IBEX y no se le caen los anillos por trabajar con la peluquería del barrio, ni te cuento la de cosas que ha visto.

Si quieres saber más, www.consejodelobos.com o www.raulsanchezperal.com (que llevan al mismo sitio).

P.D.: de todo se aprende, así que aprendí que tenía que hacer tarjetas de visita que pudiese dar en cualquier momento y a cualquiera. Si estás leyendo esto la próxima vez te doy tarjeta seguro! ¿Que hoy en día ya no se lleva eso de dar tarjetas de visita? Pues por eso.
 
Yo si aceptaría tu tarjeta.
Así luego te podría dar la mía ;)

A falta de tarjetas, buenas son unas letras, aunque este soporte sea menos tangible, al menos ya estamos conectados.

Ahora si, encantada de conocerte.
Vanessa :)
 
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