Este viaje por El Programa me está enseñando muchas cosas y una de ellas, quizá la más importante, es darme cuenta de forma patente de que no sé resumir ni titular.
Empecé a seguir a Isra hace un par de años porque varias personas me dijeron que escribía como él y yo decía ¿quién es ese Isra Bravo?
Así que muy mal no lo debo hacer.
Para mí, escribir el mail diario es como conectar mis dedos con la respiración de mis lectoras, con su dolor, casi con su alma.
Puedo sentirlas al otro lado de la pantalla.
Escojo las palabras de forma activa, como una ama de casa en la frutería eligiendo la fruta más jugosa y madura para su familia.
Sé lo que quiero que sientan, cómo de intenso, cómo de duro o sereno.
Pero
Pero
Pero
Estoy haciendo mi nueva web y no puedo.
No soy capaz de sintetizar, de encontrar un titular que enganche, un párrafo que resuma, que cuente todo lo que se agolpa en mi mente.
Si me acortas las palabras, los textos, es como si me extirparas las alas de las inspiración.
Y solo me queda el vacío helado y la parálisis por análisis.
Cuando Isra propuso el concurso de las tarjetas me puse a imaginar cuál le presentaría. Me entró hasta taquicardia de pensarlo, y no estoy acostumbrada a que se me resistan las palabras.
El resto del mundo puede dejar de girar, pero ellas, que son mis confesoras, siempre me acompañan y jamás me fallan.
¿Cómo lo hacéis para dar con la frase?
Para encontrar esa palabra ‘eureka’ que todo lo desencadena, esa con la que encabezáis la web y sabéis que vais a dar en la tecla porque expresa todo lo que queréis contar?
Para mí nunca existe el síndrome de la página en blanco.
Me siento al ordenador y delante de mí se dibuja, de forma exacta, lo que quiero transmitir.
Luego solo lo he de pulir.
Como un pintor cuando imagina su cuadro acabado.
Pero desde hace tiempo, al pensar en la nueva web, me quedo en blanco y, para mí, es como un fundido a negro.