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Historia de una servilleta

Cuentan las crónicas del lugar que un día Joaquín Sabina y Enrique Urquijo estaban en un bar de Malasaña.

Además de compañeros de profesión, eran amigos.

Entonces Sabina sacó una servilleta de papel en la que había escrito esto:

Fue en un pueblo con mar una noche después de un concierto,

tú reinabas detrás de la barra del único bar que vimos abierto.

Cántame una canción al oído…


Y ahí terminaba.

Ahora es cuando la historia se complica porque hay dos versiones:

Una de ellas es que Sabina le propuso a Urquijo que cada uno por su lado hiciera una canción que empezara como lo que había escrito en la servilleta.

La otra es que Urquijo estaba muy plofff porque había perdido la inspiración y Sabina le regaló los primeros versos para que hiciera con ellos lo que quisiera.

Urquijo creó “Ojos de gata” y Sabina “Y nos dieron las 10”.

Por eso las dos canciones empiezan igual.

Y claro, las discográficas se dieron cuenta y una dijo que qué pasaba, que si la otra estaba “robando” letras de canciones, la otra que qué me estás contando y todo eso.

Urquijo cantaba “pero cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario”.

A mí me pasa algo parecido cuando dejo de escribir.

Y Sabina que “y nos dieron las 10, y las 11, las 12 y la 1, las 2 y las 3”

¿Crees que nos podrían dar las tantas hablando de cómo poner tus ideas en palabras?

Si al leer esto te han entrado ganas de googlear para saber cómo terminó la “guerra” de las discográficas y que si se resintió la amistad entre Urquijo y Sabina, es que lo he hecho bien.

He captado tu atención.

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MAYTE ORTIZ
 
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