Hola a todos:
Estoy en un dilema, y me gustaría saber si alguien más ha pasado por esta situación. Me cuesta identificar la línea entre provocar y ofender. A veces siento que estoy siendo provocador de forma intencional, y otras veces temo que estoy ofendiendo sin querer.
En el marco de la formación en Email Marketing, redacté dos correos con inicios distintos:
El primero sigue el estilo que suelo utilizar habitualmente.
En el segundo intenté ser más provocador.
Me encantaría escuchar sus opiniones al respecto, aqui les dejo el rincipio de cada correo
correo 1 "descafeinado":
La semana pasada, en una sesión de consultoria, pasó algo que se repite demasiado a menudo.
Un médico me dijo algo que ya he escuchado... no sé, ¿cien veces?
«Es que no me gusta vender. Me siento como si estuviera persiguiendo. Como si estuviera rogando. Como esos vendedores de biblias que no se dan por vencidos ni aunque les cierres la puerta en la cara».
Y no lo decía enfadado.
Lo decía con pena.
Con vergüenza, incluso.
Como si vender fuera algo que manchara la bata.
Y claro, si entiendes la venta así… pues sí. Es lógico que no quieras vender.
Pero eso que estás haciendo…
...eso NO es vender.
Eso es rogar.
Eso es dudar.
Eso es mostrar hambre. Y sí, cuando se huele hambre, el paciente huye.
Correo 2 "un poco amargo":
La semana pasada, en una consultoria, escuché otra vez lo de siempre:
«Es que no me gusta vender. Me siento como si estuviera rogando. Como un comercial pesado que no se da por vencido».
Y lo dicen como si fuera algo noble.
Como si evitar la venta te hiciera más “profesional”.
Pues no.
Eso no es profesionalismo.
Eso es miedo.
Y el miedo no ayuda a nadie.
¿Te imaginas a un cirujano diciendo:
“prefiero no insistirle al paciente, no vaya a pensar que quiero operarlo”?
¿Verdad que no?
Entonces, ¿por qué en medicina estética sí se justifica esconder la ayuda?
Si tú sabes que puedes transformar la vida de alguien…
¿por qué te callas?
¿Porque tienes miedo de parecer necesitado?
¿O porque no sabes cómo mostrar tu valor sin parecer desesperado?
Vender mal da vergüenza.
Vender bien da autoridad.
Con este ultimo correo, tengo la sensación que estoy ofendiendo pero no estoy seguro de ello.
Agradezco cualquier ayuda.
Estoy en un dilema, y me gustaría saber si alguien más ha pasado por esta situación. Me cuesta identificar la línea entre provocar y ofender. A veces siento que estoy siendo provocador de forma intencional, y otras veces temo que estoy ofendiendo sin querer.
En el marco de la formación en Email Marketing, redacté dos correos con inicios distintos:
El primero sigue el estilo que suelo utilizar habitualmente.
En el segundo intenté ser más provocador.
Me encantaría escuchar sus opiniones al respecto, aqui les dejo el rincipio de cada correo
correo 1 "descafeinado":
La semana pasada, en una sesión de consultoria, pasó algo que se repite demasiado a menudo.
Un médico me dijo algo que ya he escuchado... no sé, ¿cien veces?
«Es que no me gusta vender. Me siento como si estuviera persiguiendo. Como si estuviera rogando. Como esos vendedores de biblias que no se dan por vencidos ni aunque les cierres la puerta en la cara».
Y no lo decía enfadado.
Lo decía con pena.
Con vergüenza, incluso.
Como si vender fuera algo que manchara la bata.
Y claro, si entiendes la venta así… pues sí. Es lógico que no quieras vender.
Pero eso que estás haciendo…
...eso NO es vender.
Eso es rogar.
Eso es dudar.
Eso es mostrar hambre. Y sí, cuando se huele hambre, el paciente huye.
Correo 2 "un poco amargo":
La semana pasada, en una consultoria, escuché otra vez lo de siempre:
«Es que no me gusta vender. Me siento como si estuviera rogando. Como un comercial pesado que no se da por vencido».
Y lo dicen como si fuera algo noble.
Como si evitar la venta te hiciera más “profesional”.
Pues no.
Eso no es profesionalismo.
Eso es miedo.
Y el miedo no ayuda a nadie.
¿Te imaginas a un cirujano diciendo:
“prefiero no insistirle al paciente, no vaya a pensar que quiero operarlo”?
¿Verdad que no?
Entonces, ¿por qué en medicina estética sí se justifica esconder la ayuda?
Si tú sabes que puedes transformar la vida de alguien…
¿por qué te callas?
¿Porque tienes miedo de parecer necesitado?
¿O porque no sabes cómo mostrar tu valor sin parecer desesperado?
Vender mal da vergüenza.
Vender bien da autoridad.
Con este ultimo correo, tengo la sensación que estoy ofendiendo pero no estoy seguro de ello.
Agradezco cualquier ayuda.