Salceda Fernández
Fundador
Tu cliente y los mastines se parecen más de lo que te imaginas. Foto dentro.
Tu cliente y la mastina de mi madre tienen algo en común.
Bueno,
Seguro que tienen más cosas, pero el otro día mi madre me contó algo que se aplica a los clientes de la misma manera.
Se llama Olivia, la mastina, no mi madre.
64 kg de amor patoso y baboso.
Y hace unos meses su veterinaria le detectó la enfermedad del mosquito porque empezó a sangrar por la nariz como si lo fueran a prohibir.
Olivia aguantó como una campeona y sin decir ni pio un mes a razón de dos pinchazos por día y 6 pastillas cada doce horas.
Mi madre dejó sin existencias las reservas de salchichas Frankfurt de la contornada.
Después de ese tratamiento, había que darle un jarabe para fortalecer la inmunidad.
4 cc de ná.
Comparados con 12 pastillas y 2 pinchazos diarios parece poco, verdad?
Pues a mi madre le resultaba imposible que se tragara el contenido de la jeringa.
Siempre tragaba menos de lo que le correspondía.
Así que mi madre en vez de 4, le ponía 6 cc y estimaba en 2 cc lo que tiraba.
¿Te parece descabellado?
Lo pregunto porque hay bastante gente que pone anuncios en plataformas y si no funcionan le meten más dinero pero no cambian nada más.
Desperdician la pasta como mi madre la medicina.
Sin pararse a pensar que en vez de hacerlo como mi madre quiere, habría que buscar el modo en que Olivia quiera tomárselo.
Antes le daba salchichas porque eran pastillas, pero ahora que era jarabe se había bloqueado.
Pensando como una perra (en este caso de forma literal), le dije a mi madre que por qué no le mezclaba el jarabe en un cuenco con un poco de caldo de verduras o pollo.
Bueno, bueno, bueno…
No hizo falta ni lavar el bol.
Algunos siguen intentando meter jeringazos a sus clientes, pero no se ponen en su lugar.
Y así les va.
Otros buscan caldito bueno y dejan de sufrir para empezar a vender.
A pasar buena tarde.
PD.: Foto de Olivia más abajo.


